Capítulo
6
¡Zarpar!
Todos llegaron puntuales
al puerto, estaban ansiosos por subir al barco. Se quedaron
asombrados al verlo, ya que era gigante, imponía mucho con sus
grandes banderas. Estaba nuevo, no tenía ni un sólo rasguño. Ellos
habían navegado, pero no en ese tipo de barcos, estaban realmente
impactados.
-Bueno señores, aquí
tienen su barco. -Se les acercó un hombre de unos 35 años, alto,
castaño, de ojos verdes, robusto y sereno. Vestía con un uniforme
de oficial de Denfly, parecía alquien importante.- Yo soy el capitán
Oliver, un placer conocerles. Les acompañará una tripulación de 30
hombres y yo. Más tarde les indicaremos cuales son sus aposentos.
Les recuerdo que el destino de esta embarcación es llegar a las
islas de Pernea lo antes posible para solicirar al rey Tristán,
amigo de confianza de nuestro rey Alfgar, refuerzos militares para
proteger a Denfly ante una posible amenaza de un grupo terrorista.
-Sí señor, mucho gusto,
yo soy Christopher Waller, capitán del equipo especializado en la
caza de monstruos. -Se presentó Chris.
-Bien, espero que estén
todos listos, partiremos en diez minutos. -Respondió el capitán
Oliver.
-¡Sever! ¡Toma este
este pañuelo para acordarte de mi! -Gritó una chica.
-¡No! ¡Mejor coje estos
guantes que he cosido para ti! -Gritó otra.
-Chicas, chicas... Me
llevaré ambas cosas. -Dijo Sever orgulloso.
-¡Te queremos Sever!
-Gritaron las dos chicas.
Sever
se despidió y subió al barco mientras los demás se reían. El
barco zarpó y comenzaron su nueva misión. El capitán Oliver pidió
reunirse con el grupo en el estudio. Entraron y había una mesa muy
grande, el capitán Oliver sacó un mapa mundi.
-Bueno,
la ruta consistirá en atravesar el mar de Cos, si puede ser sin
tener que parar en nignuna de las islas que hay por el camino, ya que
se dice que están embrujadas. Tardaremos 4 días en llegar a la isla
Pernea, que se encuentra muy pegada a la nación de Hebi, siendo su
capital. Llegareis a la aldea y debeis hablar con el rey Tristán,
que os estará esperando. ¿Alguna duda? -Preguntó el capitán
Oliver.
-Sí
perdona, ¿dónde está el baño? -Preguntó Dafne, que parecía no
haber escuchado nada de lo que había dicho.
El
capitán Oliver le miró muy serio, y le dijo que al final del
pasillo a la izquierda.
-En
fin – siguió diciendo – Espero que los demás me hayais
escuchado, sus camarotes son los del fondo, hay camas de sobra para
todos. Por cierto, las comidas se efectuarán en el salón, cuando la
comida esté hecha sonará la campana. Espero que disfruten del
viaje.- Oliver sonrió levemente y se fue a la cubierta.
Salieron
todos a fuera y comenzaron a observar el barco, era bastante grande.
La tripulación parecía simpática y obediente, no se podían
quejar. Fueron a comer y la comida estaba exquisita, pasaron las
horas y Eric se apoyó en la barandilla del pico del barco,
observando el mar. Observó su marca en el brazo, y se preguntó qué
era lo que le hizo la marca y para qué servía exactamente. Recordó
que salvó a Ian y Dafne gracias a ese 'poder', pero no recuerda cómo
lo activó ni como se desvaneció. Sólo sabe que se activa junto a
su espada. Se preguntaba por qué la tenía él.
Chris
vio a Eric y se acercó a él.
-Hey,
bonitas vistas eh. -Dijo Chris.
-Sí,
hacía tiempo que no subía a un barco tan grande. -Sonrió Eric.
-Sabes,
esto me recuerda mucho a Dayron... Me acuerdo que decía que si no le
cogían en el grupo de caza monstruos se metería a pirata para robar
a todo el mundo como venganza y luego crearía él otro grupo de caza
monstruos mucho mejor. -Dijo Chris riéndose.
-Claro
que me acuerdo – contestó Eric con una sonrisa triste – Era todo
un personaje.
-¿Dónde
crees que estará? -Dijo Chris serio.
-No
tengo ni idea... Pero seguro que está bien, ¡haciendo alguna de las
suyas! -Contestó Eric sonriendo.
-¡Seguro!
- dijo Chris riendo. -¿Te acuerdas cuando robamos en aquella
panadería?
-¿La
del hombre gordo? ¡Dios claro! ¡Ese fue el día que más me he
reído en mi vida! -Eric comenzó a reíse a carcajadas- ¿Te
acuerdas que se resvaló con la piel de un plátano mientras nos
perseguía con un palo?
-¡Jajajaj!
¡Claro! ¡Y Dayron aprovechando eso quería entrar a robar más
pasteles! - Chris no podía parar de reírse.
Los
dos rieron hasta que se quedaron con una mirada triste, meláncolica,
por no tener a su mejor amigo allí con ellos.
-Esucha
Eric... Sé que te sientes culpable por lo que pasó... pero quiero
que sepas que solo fue un error, y Dayron a pesar de todo sé que en
su corazón aún te quiere. -Dijo Chris muy serio.
Eric
le miró con los ojos lagrimosos. Pero cuando le iba a responder
aparecieron Sever, Dafne y Nérida.
-¡Chicos!
¡Se nos ha ocurrido una cosa! -Gritaron los tres emocionados.
-Sorprendedme.
-Respondió Chris chistoso.
-Verás...
Ian ahora está durmiendo en su camarote... ¿Qué tal si le pegamos
un susto para animar la fiesta? -Dijo Dafne.
-¿Qué
clase de susto? -Preguntó Eric interesado.
-Ahora
os lo explicamos. -Contestó Nérida.
~
Ian
estaba en su camarote, se tumbó en su nueva cama, y sin notarlo, se
quedó dormido. Estaba muy cansado porque la noche anterior apenas
pudo dormir. Pero de pronto un ruido le despertó, oía golpes en la
pared, pero bueno, serían los de la tripulación haciendo algo. Fue
a abrir la ventana pero se había atrancado, así que intentó
encender una vela, pero no la encontraba...
-Cuantos
fallos tiene este camarote -Pensó Ian- Voy a hablar con el capitán
ese.
Pero
Ian no podía salir, la puerta se había atrancado. Lo golpes seguían
en su cuarto.
Ian
hizo un hechizo de rayo pequeño para alumbrarse mientras intentaba
abrir la puerta, pero cuando hizo el hechizo y vio con luz la puerta
vio que en ella había un escrito en rojo, parecía sangre. 'Vais a
morir todos' ponía. Y de pronto las ventanas se abrieron pero no
entraba luz, sólo veía sombras, y ahora escuchaba también gritos y
susurros extraños. Ian empezó a gritar para que alguien le abriera
la puerta. Pero vio como alguien desde fuera comenzaba a dar golpes
en la puerta, así que se asustó mas. El rayo de su hechizo se
apagó, y cuando se abrió la puerta vió entrar a un hombre
encapuchado. Se acercó lentamente a él y cuando estaba a punto de
tocarlo...
-¡Bú!
- Gritó Sever.
-¡AAAAH!
-Se asustó Ian.
Todos
entraron a la habitación riendose mucho. -¡Dios! ¡Sois unos
idiotas! ¡Me lo estaba creyendo! -Dijo Ian.
-Eso
es lo mejor de todo ¡jajajaja! -Se rió Dafne.
Ian
le miró y se puso a reirse también, eran unos idiotas, pero eran
sus amigos. -¿Con qué habeis hecho lo de la puera? -Preguntó con
curiosdidad.
-¡Salsa
de tomate prestada por el cocinero! -Respondió Nérida.
-Madre
mía -Rió Ian.
Después
fueron todos a cenar, la cena era pasta, sin tomate. Estuvieron
hablando con el resto de la tripulación y se llevaron muy bien.
Sever se entristeció porque no habían más mujeres a bordo del
barco, así que se quejó junto a sus compañeros del machismo del
capitán al no aceptar mujeres en la tripulación. Dafne se comió su
plato y el de Nérida, que no podía comer más porque se había
mareado debido al oleaje. Chris parecía un poco bebido y se puso a
contar chistes horriblemente malos a la gente mientras Eric, (también
un poco afectado) lloraba de la risa con sus "chistes". Ian
de mientras los miraba y se reía de ellos con Nérida. Lo pasaron
todos muy bien, y luego cada uno fue a su camarote a dormir.
Eric
se despertó a la mañana siguiente con un poco de dolor de cabeza,
la noche anterior se rio muchísimo con sus amigos. Pero no sabía lo
que estaba a punto de encontrarse cuando salió a la cubierta...
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